¡Hooola! Sí, ¿notaron mi emoción? Estoy un poco demasiado feliz porque ya no queda nada para que acabe el año y se vengan cosas nuevas (?) Espero que Papá Noel les haya traído muchos regalos y hayan disfrutado en familia por estas fiestas :D Bueno, bueno, como habrán visto el título de esta entrada, esto es un relato. Anda, Ale, cuenta algo que no sepamos. Hombre, que estoy nerviosa y feliz, bueno espero sus comentarios para saber que tal les parece y las críticas si me quieren un poquito que sean constructivas. Oh, esta actividad la realicé junto a Melina, visitad su blog por favor, de acuerdo a la obvia temática de la Iniciativa ¿Real? Real, a la que los invito :D
¿En qué piensas? Son las 2 am. ¿No deberías estar durmiendo?¿Lolis góticas?¿Gatos?¿Lechuga?¿Mermelada? ¡Menudo desastre!¡Céntrate! Las navidades felices se ven muy lejanas, tanto como el mismísimo Expreso Polar. Así de lejos. Nunca he armado un árbol de navidad. Jamás. ¿Por qué? No lo sé. Nadie llegaría por la chimenea, mi regalo no aparecería. Pero sí había mucha felicidad, se podía sentir en el aire y eso es algo que siempre me ha llenado de emoción.
Eran tiempos muy calurosos, época que odio, en aquella bonita capital histórica a la cual todos desean ir al menos una vez en su vida. Eran las diez de la noche. Aún faltaban dos horas. Corría con mi vestido azul desde la cocina hasta la sala riendo. Observando como mamá preparaba la ensalada. Y como los demás veían "Los fantasmas de Scrooge", película que desde ese entonces me tiene enamorada. ¿Le escribiría la carta a Papa Noel?¿Podría regalarme lo único que siempre he ansiada desde que tengo uso de razón? Tal vez me quedaría sin respuestas y debería asumirlo. Me decidí por hacerlo. Busqué hojas de colores y lápices. Me empeñé mucho en hacerla lo más bonita posible. Él la leería y vendría con el regalo, estaba segura. Mamá era ajena a mis temores y dudas, siempre lo ha sido y así estaba bien.
¿No era vestido azul? Pues sí, pero verás..¡Nada! Vale :c |
Cuando volví a observar el reloj, me sorprendí al ver que marcaba que eran las doce menos cuarto. Faltaban minutos. Mamá se acercó a mi y me dio un beso en la frente y yo la abracé fuertemente, tenerla a mi lado era reconfortante. Me miró a los ojos y las palabras que me dijo quedarían grabadas para siempre en mi memoria. El vendrá. Claro que lo hará, me dije a mi misma. Ambas nos dirigimos a la sala para decirles a los demás que es momento de sentarnos a la mesa. La ventana estaba ligeramente abierta. Me acerqué y no me sorprendí de ver las calles y casas iluminadas. Algunas personas corrían con grandes bolsas en sus manos, lo cual me causó gracia porque mi abuela siempre me ha dicho que es malo dejar las cosas hasta el último momento. La abuela. Ella es de esas personas que tienen un carácter de cascarrabias, podría ser el Grinch de la familia, vale, no tanto así, pero tiene un corazón de oro. Suspiro y corro hacia al comedor, donde todos voltean a observarme solo para empezar la cuenta regresiva. 5...4...3...2...1
¡Feliz Navidad!
Todos se acercan y me abrazan, Siento las lágrimas correr y las dejo, son de alegría. Todos estamos felices. Nos sentamos a la mesa y disfrutamos de la comida no sin antes agradecer a Dios. Observo inquieta la chimenea. Nada. Finjo no estar decepcionada, se me da muy bien. El puré de manzana está delicioso y se lo hago saber a mamá y me dedica una sonrisa en respuesta. Cada uno lava su plato. Es una de las normas que seguimos, lo cual me parece justo. Luego de ello observo por última vez el reloj y esta vez marca la una menos diez. Un pedazo de mi corazón se hace añicos. Él no vendrá. Nunca lo hará. Me lo dije tantas veces que empecé a soltar lágrimas y esta vez de tristeza. Me metí rápidamente entre mis cálidas mantas y empecé a contar ovejitas, eso me tranquilizaría. Quedé dormida en un sueño profundo. Siento que alguien me está moviendo ligeramente el brazo y abro los ojos con dificultad. Escucho solo tres palabras y decido seguir durmiendo. Fue un sueño. No, no lo fue. Algún día te conoceré, papá.
Bueno, eso ha sido todo. No, claro que no, Que sepáis que con lo obsesiva que soy mínimo lo he releído unas cien veces y sí, he fallado en el tiempo verbal algunas veces, pero según yo está bien así y se entiende (?) en todo caso ya me dirán ustedes. Sí, que soy una trágica, lo sé, no hace falta decírmelo, de verdad. En fin, ¡les mando un abrazo de oso a todos! y, ¡Sed felices!^^