«Un hilo rojo invisible conecta a aquellos que están destinados a encontrarse,
sin importar tiempo, lugar o circunstancias. El hilo se puede estirar o contraer, pero nunca romper»
Habíamos aprendido a
interpretar los silencios, entender cada fragmento del otro y encajar las
piezas del puzzle, predecir cada palabra antes de que sea dicha. Hasta hace un
año habría pensado que si alguien me decía que no había vínculo más fuerte que
el amor eros, estaba errado, pero ahora comprendía que no era así en absoluto.
¿Dónde estaba? ¿Qué hacía aquí? No eran del tipo de pregunta
filosófica, solo nunca había visto este lugar y aun así sentía que lo conocía y
estaba aquí por un motivo importante del cual no tenía conocimiento. Observaba
a cada lado frenéticamente intentando encontrar una respuesta coherente pero no
la iba a hallar en algún letrero luminoso, desde luego. Con “este lugar”
podrían imaginar que he acabado de alguna manera en El país de las Maravillas o
incluso en la Tierra Media, lamento desilusionarlos no era así en absoluto,
solo me hallaba en medio de un conjunto de calles laberínticas con las que te
topas al salir de casa. Y no podía olvidar el pequeño detalle que estaba en
pijama y medias de colores.
Había oído de la expresión “los
libros unen personas” y sin duda era la idea precisa para describir cómo empezó
todo entre él y yo. En algún momento la distancia acabaría teniendo
peso y las promesas de “algún día” no serían suficientes para mí, pero prefería
pensar en ello lo menos posible y solo disfrutarlo de cada minuto. Luego de
casi dos años, en lo profundo de mi corazón sabía que se había convertido en
algo más que un amigo.
¿Tal vez serían las once de la mañana? Mientras inspeccionaba cada casa
a mi paso, sentía que algo fuera del entendimiento me atraía como metal a un
imán. No había andado mucho y empezaba a cansarme no tener control sobre mí ni una idea de hacia dónde me dirigía hasta que me detuve frente a una puerta similar
a las que había visto hacía unos minutos y toqué al timbre. Rápidamente tomé
consciencia de lo que acababa de suceder y pensé en echar a correr como si fuera una
niña que acabara de hacer algo malo, pero la puerta se abrió y no tuve más tiempo
de pensar. “Til hamingju með afmælið” dije en un susurro y todo empezó a
oscurecerse a mi alrededor…
Desperté. Todo no había sido más
que un sueño.
¡Hooola a tooodos! Realmente estos días solo había tenido pereza de siquiera entrar a blogger y escribir una entrada, pero hoy era un día especial y de ninguna manera podría desaprovecharlo, así que como ven, acabé con este pequeño relato, sé que algunas personas sabrán de quien hablo y a quien va dedicado esto porque me conocen, pero shh es secreto (?) En fin, simplemente espero que me comenten que les pareció ♥